Gold mining: the search for common ground
To better understand the wide range of people who depend on gold mining, IIED travelled to Tanzania to talk to some of them. Here are some of their stories.


Levocatus Saidi Bujiku has been working as an artisanal miner for about two years (Photo: Brian Sokol/Panos Pictures)
Within any gold mining district you will find a wide range of people. At a glance, they may appear very different — they use different tools, work in different conditions, and operate within different confines of the law.
But read between the lines and you will find they have more in common than you thought, and that their story is one of joint humanity, shared values and mutual hopes for a good life.
From the geologist at her desk to the miner down the pit, and from the mining officer to the village elder, large-scale miners, small-scale miners and government workers alike are people.
They are fathers, sons, mothers, daughters — working to provide for their families and secure a better future for themselves and their loved ones.
The photos below tell the human story of gold mining...
Click on each of the images below to expand them.
"My name is Levocatus Saidi Bujiku. I am 22 years old and I have been working as an artisanal miner for about two years.
"I am also a son, a father and a husband. My own son, Kevin, lives with my mother far away. My biggest hope is to give him education so he can uplift me as his parent. I pray to God that I can make enough money to take care of my family."
"My name is Mlindwa Maganga. I am 41 years old. I am the chairman of Mawemeru village and as part of that role, I deal with small-scale mining licences.
"I am also a farmer, a small-scale miner, a husband and a father. I have a wife and three children, aged 13, 7 and 1. Most of my income goes on school fees — it's important for me that my children get the best in education so they can be in a better position in this life and in this world."
"My name is Simon Sebastian Nsangano. I am 66 years old and have been a gold miner for 50 years.
"I am also a farmer and a family man. I work in my garden and then go to my mine pits. My wife recently died but I have my four children. I dream of giving my family a better life. I work day after day but the results are poor. If I had money I would send all my sons to high school."
"My name is Betty Bernard Kakulu. I am 33 years old and I come from Bukoba, 300km to the north of here. I have been a reconciliation geologist at a large-scale gold mine for six and a half years.
"I am also a sister and a daughter. Forty per cent of my salary every month goes to support my siblings and mother, who live far away. My mother is my everything. I dream of having a family some day."
"My name is Fortunatus Waziri and I am 22 years old. In 2009 I travelled the 100km from Kahama to Mawemeru; and I have been working here in a small-scale gold mine ever since.
"I am also a father. My two children live with my grandmother far away. I send them money whenever I can but it is my dream to get big money and build a house for them. As I mine, night and day I fight for my children's lives."
Find out about the the human story of gold mining in 'Gold mining, the search for common ground' below and on our Shorthand Social website.
Sian Lewis (sian.lewis@iied.org) is staff writer at IIED.
La búsqueda de un terreno común en la extracción de oro
Para entender mejor la amplia gama de personas que dependen de la minería de oro, IIED viajó a Tanzania para hablar con algunas de ellas. He aquí algunas de sus historias.
En cualquier distrito minero donde se extrae oro puede encontrarse una variedad de personas. A primera vista, estas personas pueden tener un aspecto muy diferente: usan herramientas diferentes, trabajan en condiciones diferentes y operan en marcos legales diferentes. Si se fía de los titulares de las noticias, es posible que crea que todas estas diferencias definen a los protagonistas y que su historia trata de conflictos, contaminación y explotación.
Sin embargo, si lee entre líneas, descubrirá que estas personas tienen más en común de lo que usted creía y que su historia trata, más bien, de humanidad colectiva, valores compartidos y esperanzas comunes de una buena vida.
Desde la geóloga que trabaja en su oficina hasta el minero que lo hace en lo más profundo de la mina, desde el funcionario a cargo de la minería hasta el líder tradicional de la aldea, los mineros a gran escala, los mineros a pequeña escala o los representantes gubernamentales, todos son personas.
Son padres, madres, hijos e hijas. Y todos trabajan para mantener a sus familias y conseguir un futuro mejor para sus seres queridos y para sí mismos.
Así es la historia humana de la extracción de oro...
Haga clic en las imágenes para ampliarlas.
"Me llamo Levocatus Saidi Bujiku. Tengo 22 años y llevo unos dos años trabajando de minero artesanal.
"Además, soy hijo, marido y padre. Mi hijo, Kevin, vive lejos de aquí, con mi madre. Mi mayor deseo es darle una educación para que pueda sostenerme como padre. Rezo a Dios para poder ganar suficiente dinero para cuidar de mi familia."
"Me llamo Mlindwa Maganga. Tengo 41 años. Soy jefe de esta aldea (Mawemeru) y entre mis funciones está la de encargarme de las licencias de explotación minera a pequeña escala.
"Además, soy agricultor, minero a pequeña escala, marido y padre. Tengo mujer y tres hijos, que tienen 13, 7 y 1 años. La mayoría de mis ingresos son para las matrículas del colegio: para mí es importante que mis hijos tengan la mejor educación, para que disfruten de mejores condiciones en la vida y en el mundo."
"Me llamo Simon Sebastian Nsangano. Tengo 66 años y llevo 50 años extrayendo oro.
"Además, soy agricultor y hombre de familia. Trabajo en la huerta y después bajo a la mina. Mi mujer falleció hace poco y tengo cuatro hijos. Sueño con dar a mi familia una vida mejor. Trabajo cada día, pero los resultados son escasos. Si tuviera dinero, mandaría a todos mis hijos a la escuela secundaria."
"Me llamo Betty Bernard Kakulu. Tengo 33 años y soy de Bukoba, un pueblo que está a 300 kilómetros al norte de aquí. Llevo seis años y medio trabajando de geóloga especialista en reconciliación en una mina de oro a gran escala.
"Además, soy hija y hermana. El 40 % de mi sueldo mensual lo dedico a mantener a mi madre y mis hermanos, que viven lejos de aquí. Para mí, mi madre lo es todo. Sueño con formar una familia algún día."
"Me llamo Fortunatus Waziri y tengo 22 años. En 2009 recorrí los 100 kilómetros que separan Kahama de Mawemeru y, desde entonces, he estado trabajando aquí, en una mina de oro a pequeña escala.
"Además, soy padre. Mis dos hijos viven con mi abuela lejos de aquí. Siempre que puedo, les mando dinero, pero mi sueño es conseguir un montón de dinero y construir una casa para ellos. Trabajando en la mina, lucho de sol a sol por la vida de mis hijos."
Sian Lewis (sian.lewis@iied.org) es redactora en (de) IIED.
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