San Salvador en desarrollo… ¿de calor?

Un proyecto en San Salvador utiliza módulos de cobertura vegetal para combatir el efecto isla de calor y mejorar la calidad de vida urbana. Los resultados indican un potencial beneficioso para el desarrollo urbano sostenible.

Article, 14 February 2024
Collection
Ciudades pioneras: conectando la acción climática y la justicia social
Exploración de cómo la acción climática puede contribuir a resultados transformadores en ciudades del mundo mayoritario
A garden area with a structure with vegetation on its roof.

Imágenes del módulo de cobertura vegetal horizontal para edificaciones existentes (BID, CC BY 3.0 IGO)

La ciudad de San Salvador es afectada por el incremento de temperatura; la escasa cobertura vegetal y la materialidad de las superficies del tejido urbano exacerban este problema al crear islas de calor que impactan directamente en la calidad de vida de la ciudadanía, especialmente de la población vulnerable.

El incremento de temperatura y concentración de calor repercute directamente en la demanda de energía por el uso de aire acondicionado, lo que aumenta la huella de carbono de la ciudad. El uso de mecanismos activos para el enfriamiento de espacios (como el aire acondicionado) constituye un lujo para la población de escasos recursos y acentúa la brecha de inequidad. De la misma manera, el calor extremo limita el uso y disfrute del espacio público, especialmente para personas mayores, niños, niñas y personas con problemas de salud.

A inicios de 2022 el Laboratorio de Ciudades del Banco Interamericano de Desarrollo. (BID) lanzó la convocatoria “Desafío: Ciudades para Todos”, que invitó a las ciudades de América Latina y el Caribe a identificar retos que tengan el potencial de ser resueltos mediante la experimentación urbana. 

La ciudad de San Salvador presentó el reto asociado a las islas de calor, y fue elegida entre más de 200 propuestas para diseñar e implementar un proyecto piloto que permita identificar soluciones al problema planteado.

San Salvador: historia y contexto

El Área Metropolitana de San Salvador (AMSS) es una de las zonas más vulnerables del país, por lo que el compromiso con proyectos de infraestructura verde urbana es de vital importancia. 

Sus riesgos climáticos vinculados con la temperatura se ven exacerbados por el efecto isla de calor, debido a las tendencias de incremento de la mancha urbana y a la presencia de espacios públicos con exceso de superficies sólidas que acumulan calor. 

Trabajar en este proyecto piloto con el Consejo de Alcaldes del Área Metropolitana de San Salvador (COAMPS) y su Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (OPAMSS) es de vital importancia, pues es un nivel de gobierno que formula, regula, coordina y dirige las políticas y programas sobre el desarrollo territorial de los 14 municipios que integran el AMSS.

Los aprendizajes que arrojan este proyecto piloto en cuanto a diseños y mantenimiento de módulos de cobertura vegetal en el entorno construido tienen un gran potencial para ser replicados por el sector público y privado de la ciudad, por lo que marcan un precedente para el desarrollo de diseños futuros que se adapten a distintas tipologías de edificaciones.

Fue muy importante la participación de las alcaldías en el diseño e implementación del proyecto piloto, pues son ellas las que tienen que dar mantenimiento y quienes replicarán estos elementos en otros espacios públicos

Alexander Chávez, especialista ambiental de la unidad de innovación del COAMSS/OPAMSS

Apoyo de las instituciones locales

El proyecto piloto exploró el diseño y prueba de prototipos de cobertura vegetal en edificaciones existentes y espacios públicos como estrategia para mitigar el efecto isla de calor en el Área Metropolitana de San Salvador. Para esto se formó un equipo integrado por la Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (OPAMSS), el Instituto de Investigación de Innovación Electrónica de la Universidad Don Bosco, las áreas de mantenimiento de parques y plazas de los municipios de San Salvador y de Ciudad Delgado (los dos municipios son parte del AMSS), el Jardín Botánico Plan de la Laguna, la iniciativa City Adapt del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el San Salvador Green Building Council y el Hotel Árbol de Fuego. 

Se trabajó con los dos municipios debido al interés de sus alcaldes en probar los módulos de cobertura vegetal en espacios públicos. Coincidentemente, en los dos municipios se estaban realizando obras de mejoramiento de espacios públicos, por lo que tanto las autoridades municipales como el equipo de la OPAMSS vieron la oportunidad de incluir un nuevo tipo de mobiliario urbano que proporcione sombra.

Aportación vital de la comunidad local

La metodología del proyecto piloto siguió los lineamientos del Pensamiento de Diseño (Design Thinking, en inglés) y se inició con la obtención de datos cuantitativos y cualitativos sobre el problema para empatizar con la situación y el contexto de la población, que reconoce al calor como un problema. 

Para ello, se realizó una encuesta digital que se difundió por los canales de comunicación de la OPAMSS, y se obtuvo 519 respuestas. Además, se realizó una actividad en el espacio público en la que se encuestó a transeúntes sobre la percepción del calor y su opinión sobre posibles soluciones.

Luego, se realizaron talleres participativos con actores interesados en el tema del calor extremo e infraestructura verde, a quienes se presentó la información levantada para trabajar en la definición del problema. Una vez que se llegó a una visión compartida del problema, se realizaron talleres de ideación y prototipado con los mismos actores para diseñar los prototipos que serían puestos a prueba en la fase de testeo. 

Finalmente, se hizo una evaluación para explorar el potencial de replicación y escalamiento en el resto de la ciudad.

60 %

En un contexto en el cual el cambio climático ha agravado la frecuencia e intensidad de las olas de calor en las ciudades, sumado al efecto isla de calor, en San Salvador el 60 % de la población ha sentido altas temperaturas en sus hogares

El problema del aumento del calor

Según los registros de medición de la temperatura en el Área Metropolitana de San Salvador, entre 1960 y 1990 la temperatura ambiente promedio aumentó de 22 °C a 26 °C.

Los registros marcan un total de 22 días al año con temperaturas que superan los 33 °C, y se calcula que en un escenario de emisiones sin cambios (business-as-usual), las temperaturas promedio a finales de siglo podrían alcanzar rangos entre los 27 °C y 32 °C. 

Entre los actores participantes en el proyecto piloto hay consenso de que el problema del incremento de calor se debe al crecimiento de la mancha urbana, que no contempla suficiente cobertura vegetal y se caracteriza por tener amplias extensiones de concreto, asfalto y materiales de cubiertas que absorben y acumulan calor. 

Una de las causas de este problema son los códigos de construcción de arquitectura y urbanismo, cuyos reglamentos y especificaciones técnicas replican y perpetúan este crecimiento urbano gris y aumentan el problema de las islas de calor.

Creación conjunta de soluciones innovadoras

Ante ello, se realizaron varios talleres de cocreación, en los que los participantes del proyecto piloto y otros actores expertos en botánica, representantes de viveros locales y gremios del sector de la construcción y arquitectura aportaron con sus criterios para generar propuestas de prototipos de módulos de cobertura vegetal para edificaciones existentes y espacios públicos. 

El resultado de estos talleres fueron cuatro tipos de prototipos: un módulo vertical y un módulo horizontal para edificaciones existentes; un módulo para espacio público tipo parklet y un módulo adyacente a un quiosco de expendio de alimentos en espacio público.

A group of individuals gathered around a table, talking, writing and drawing on a whtite piece of paper.eas.

Fotografías del taller de diseño participativo de los módulos de cobertura vegetal para el espacio público. Laboratorio de Ciudades del BID (BID, CC BY 3.0 IGO)

Las variables a monitorear en los módulos para edificaciones existentes fueron la temperatura superficial, la temperatura debajo del módulo, la temperatura al interior de la edificación, la transmitancia térmica, el peso de los módulos por metro cuadrado, el potencial de secuestro de carbono y la adaptabilidad de las especies de plantas. Para los módulos en el espacio público se establecieron variables cualitativas como la adaptabilidad y crecimiento de las especies de plantas seleccionadas, la interacción entre el módulo y la ciudadanía y la apropiación de las personas y los negocios locales con respecto a los módulos implementados.

Los módulos para edificaciones existentes tienen 2 m de largo por 1 m de ancho. El módulo horizontal tiene un sustrato vegetal de 10 cm, una capa filtrante de 5 cm, una capa drenante y una membrana impermeabilizante. El módulo vertical tiene ocho divisiones con una separación de 25 cm entre cada una; en cada división se adaptó un nicho con malla galvanizada y membrana geotextil para alojar el material filtrante y el sustrato de las plantas. 

Se decidió usar las siguientes especies de plantas que fueron mencionadas en los talleres participativos con expertos del JARDÍN Botánico y viveros locales: maní forrajero (arachis pintoi Krap), portulaca (Portulaca oleracea), sanseviera (Sansevieria trifasciata), malamadre (Chlorophytum comosum), lirio de lino (Dianella tasmanica), purpurina (Tradescantia purpurea ex Boom), zebrina péndula (Tradescantia zebrina) y verbena (Verbena officinalis).

El módulo en espacio público tipo parklet contiene elementos para sentarse y estructuras verticales que simulan una pérgola, por donde se espera que crezcan plantas trepadoras. En estos módulos se utilizaron macetas de distintas dimensiones, en las que se colocó el sustrato para alojar las plantas. Las especies de plantas que se decidió utilizar fueron la porcelana (Thunbergia grandiflora), ave del paraíso (strelitzia reginae) y una variedad de pasiflora.

A module with vegetation with an irrigation system.

Imágenes del módulo de cobertura vegetal horizontal para edificaciones existentes (BID, CC BY 3.0 IGO)

Vegetación urbana que captura carbono y reduce la temperatura

Los módulos de cobertura vegetal para edificaciones existentes se instalaron y monitorearon en la Universidad Don Bosco, ubicada en el Municipio de Soyapango del Área Metropolitana de San Salvador. 

Se instaló un módulo tipo parklet en la Plaza Barrios, que se ubica en el centro histórico del municipio de San Salvador, y el segundo parklet se instaló en la calle Gloria, del municipio de Ciudad Delgado. El módulo de sombra adyacente a un quiosco de expendio de alimentos se instaló en una calle perimetral del Parque Cuscatlán, en el municipio de San Salvador.

A lo largo del período de medición de las variables de los módulos de cobertura vegetal para edificaciones existentes se encontró que tienen un alto potencial de aislamiento térmico. La diferencia de temperatura que se registró entre el exterior y el interior de la edificación varía entre 10 °C y 17 °C. El peso de los módulos fue de 125 kg/m2 en seco, y de 134 kg/m2 cuando estaban saturados con agua. 

Las pruebas de laboratorio sobre captura de carbono indican que un metro cuadrado del módulo probado captura aproximadamente 13.6 kg de CO2 al año; la especie maní forrajero fue la que mostró mayor capacidad de absorción de carbono bajo condiciones normales de iluminación.

A table with a plant enclosed in a glass case with an electronic device.

Imagen de las pruebas de absorción de CO2 (BID, CC BY 3.0 IGO)

Los módulos diseñados para espacio público se implementaron con éxito en los tres lugares de los Municipios de Ciudad Delgado y San Salvador.

Los primeros registros de toma de temperatura dan cuenta que hay una diferencia entre 7 °C y 11 °C entre los lugares con sombra y sin sombra. Se informó que algunas plantas fueron robadas de los maceteros en el módulo ubicado en la Plaza Barrios del centro histórico de San Salvador; sin embargo, el equipo que instaló el módulo repuso las plantas y no se han informado más problemas. 

Personas de los negocios aledaños a los módulos han demostrado interés en el nuevo mobiliario y apoyan la acción con el riego de las plantas.

Replicabilidad y contribución a las políticas públicas

Los resultados de las mediciones en los módulos de cobertura vegetal demostraron que tienen gran potencial de aislamiento térmico y reducción de la temperatura ambiente por su capacidad de absorción de la radiación solar y baja emisividad de esa energía calórica. Los diseños de los módulos que se probaron en edificaciones existentes de la Universidad Don Bosco se replicarán en otras edificaciones del campus, lo que permitirá al equipo académico continuar con su monitoreo y perfeccionamiento.

La Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador lanzó en el año 2020 la Guía de Hábitats Urbanos Sostenibles (HAUS), que contiene reglamentos de construcción sostenible para proyectos edificatorios en distintas etapas. A pesar de que su aplicación es voluntaria, la normativa ya certificó 39 proyectos que se encuentran en fases de diseño, construcción u operación.

El diseño de los módulos de cobertura vegetal utilizados en este proyecto piloto será parte de esta norma técnica como referencia para edificaciones nuevas y existentes. Esto quiere decir que tanto estudios de arquitectura como empresas constructoras ya cuentan con la referencia de un módulo de cobertura vegetal que se ha probado en el contexto de San Salvador considerando materiales y plantas que se consiguen localmente y se adaptan a las condiciones ambientales locales.

Cabe destacar la importancia de la participación de los equipos de mantenimiento de áreas verdes y plazas en el diseño del proyecto piloto, considerando el objetivo de que los conocimientos y lecciones aprendidas del proyecto piloto sean adoptadas por los municipios para que repliquen los módulos en el resto de sus jurisdicciones.

Mirando hacia el futuro

Los resultados positivos y las lecciones aprendidas del proyecto piloto abrieron muchas puertas tanto en el ámbito de la investigación como de la administración pública. Por ejemplo, el potencial de reducción de temperatura en edificaciones llamó la atención de las autoridades de la Universidad Don Bosco, que replicarán la instalación de los módulos en otras edificaciones existentes. 

Además, se planea continuar investigando la capacidad de retención de la escorrentía, el aislamiento sonoro y otras tecnologías innovadoras en los módulos existentes. También se estudiará el secuestro de carbono en módulos de cobertura vegetal y su posible aplicación en proyectos a mayor escala. 

Actualmente, la Oficina de Planificación de Área Metropolitana de San Salvador gestiona la implementación de otro módulo en espacio público.

Lecturas adicionales

Autores

Head and shoulders photos of Sol Reiman.

Sol Reiman es consultora en cambio climático para la división de vivienda y desarrollo urbano del Banco Interamericano de Desarrollo. También es codirectora general de la organización Ahora Qué? Anteriormente, trabalhou como assessora de mudanças climáticas na Agência de Proteção Ambiental da Cidade de Buenos Aires. Ela é formada em geografia pela Universidade de Buenos Aires.

Head and shoulder photo of Roberto Madera Arends.

Roberto Madera Arends es consultor del Cities LAB del Banco Interamericano de Desarrollo, donde colabora integrando la innovación dentro de las operaciones del banco, así como, dentro de la práctica de planificación urbana de los gobiernos locales, en los temas de cambio climático, naturaleza urbana, asentamientos informales, vivienda sostenible, entre otros.

Ciudades pioneras forma parte del proyecto Coaliciones Urbanas Transformadoras (TUC), financiado por el Ministerio Federal de Economía y Acción por el Clima de Alemania