Quito: La transformación sostenible de Guápulo – cultivando la naturaleza en el corazón de la ciudad
El proyecto ‘El CEES deja Huella’ transforma Guápulo, Quito, con eficiencia energética, gestión del agua y reducción de residuos para beneficiar a 120 residentes, con un coste de USD 90 000 y planes para una segunda fase.
Por qué esta ciudad es importante
El Distrito Metropolitano de Quito, además de ser la ciudad más poblada del país, es la ciudad en la que se concentra la actividad política y financiera del país y se invierte principalmente para el desarrollo de grandes proyectos. Históricamente, esta ciudad ha enfrentado riesgos sísmicos, volcánicos y climáticos (con fuertes lluvias invernales y devastadores incendios en los veranos).
A esto se suma la creciente expansión de la mancha urbana, en zonas periféricas y de alto riesgo en algunos casos. En este sentido, la administración municipal presentó múltiples iniciativas para reducir las vulnerabilidades y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Entre ellas, el Plan de Acción Climática (PACQ) (PDF) de 2020, que estableció las estrategias prioritarias para alcanzar los compromisos internacionales del Acuerdo de París. En el ámbito normativo, se emitió una ordenanza de regularización de edificaciones informales, la Ordenanza Metropolitana 004 (PDF), que busca legalizar la construcción informal condicionando el reforzamiento estructural de las edificaciones que lo requieran para reducir los riesgos frente a vulnerabilidades del territorio. La Ordenanza Metropolitana 003 (PDF), que trata de la de ecoeficiencia, establece incentivos para que los nuevos proyectos arquitectónicos apliquen criterios de sostenibilidad con énfasis en la eficiencia energética, la reducción del consumo de agua y el tratamiento de los residuos.
Estos y otros instrumentos de planificación urbana pusieron a Quito en la mira de otras ciudades del país y la región. El Plan de Acción Climática establece una hoja de ruta para hacer de Quito una ciudad neutra en emisiones de gases de efecto invernadero para el 2050, por medio del cumplimiento de los siguientes tres objetivos principales:
- Frenar el crecimiento de la huella de carbono,
- Impulsar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad social con soluciones basadas en la naturaleza.
- Garantizar el bienestar, la salud y la calidad de vida a sus ciudadanos.
Múltiples sectores realizan esfuerzos para hacer que la ciudad de Quito sea más sostenible. Por un lado, la administración municipal, que se centra el aspecto regulatorio y, por otro, la academia y sector privado. El Consejo Ecuatoriano de Edificación Sustentable (CEES) reúne a estos sectores para formular proyectos que fomenten la sostenibilidad en la construcción.
En este sentido, en 2022 el CEES los reunió para formular un proyecto de sostenibilidad a escala urbana. El proyecto ‘El CEES deja Huella’ debía asentar algunas estrategias de sostenibilidad en un barrio de la ciudad, con procesos de diseño participativo junto a la comunidad, y se seleccionó el barrio de Guápulo, con el proyecto del pasaje Eduardo de Mena.
Catalina, habitante del barrioEl proyecto fue bien bonito; salimos todos a ver en qué ayudábamos y en qué colaborar, somos un barrio bien unido.
El CEES deja Huella
El proyecto, una iniciativa desarrollada por Laboratorios Urbanos CEES, surgió de un concurso, Huella Neutra, para identificar e implementar un plan piloto de carbono neutral y sostenible en un lugar elegido de Quito.
Se animó a arquitectos, ingenieros y otros profesionales del urbanismo a presentar sus ideas o proyectos. Con las propuestas de usos innovadores para la eficiencia energética, ahorro de agua, estrategias de circularidad o cualquier otra alternativa, el diseño se implementaría en un barrio de alrededor de 25 familias y empresas y se convertiría en un sitio modelo de baja emisión de gases de efecto invernadero y ofrecería calidad de vida de a sus residentes. Este centro experimental sería, por tanto, el Punto Zero, un modelo para replicar en otras partes de la ciudad.
El equipo ganador, Rama Arquitectos, dispuso de dos meses para diseñar el proyecto, USD 90 000 y 240 días para ejecutarlo.
El proyecto ‘El CEES deja Huella’ se ubicó en el área urbana del Distrito Metropolitano de Quito, en el barrio de Guápulo, en el centro oriente de la ciudad. Este sector fue un asentamiento indígena que, posteriormente, pasó de ser una aldea en las afueras de la ciudad a un barrio urbano caracterizado por su diversa comunidad de artistas, estudiantes e inmigrantes. Un barrio histórico y patrimonial de la ciudad que se asienta sobre una pendiente pronunciada de la montaña y donde limitan el área urbana y áreas de protección natural.
Actualmente, la localidad se caracteriza por ser una comunidad unida y organizada y cuenta con una cancha de voleibol que funciona como espacio público de uso barrial. El barrio limita con un bosque endémico, inventariado por el Municipio Metropolitano de Quito y con perspectivas de rehabilitación y de uso público.
Es dentro de este barrio que se encuentra el pasaje Eduardo de Mena, en el que viven 25 familias que se unieron para hacer de este proyecto una realidad. El pasaje limita por un lado con la cancha barrial y por otro lado con un sendero ecológico que conecta con el bosque endémico.
El proyecto nació de fondos donados al CEES por el Centro de Convenciones Quito para programas de difusión de la construcción sustentable. El CEES, entonces, abrió una convocatoria pública para la iniciativa 'El CEES deja Huella', que permitiría el acceso a estos fondos con el requisito de contar con criterios específicos para llevar las estrategias de construcción sostenible a una escala urbana.
El principal objetivo del proyecto fue generar una transformación urbana en un barrio del Distrito Metropolitano de Quito por medio de la innovación en construcción sustentable que incluya tecnologías y estrategias para avanzar hacia las cero emisiones de carbono, la circularidad y la equidad social. Para lograr este objetivo, el equipo técnico del CEES estableció cinco criterios de intervención y transformación prioritaria alineados con las siguientes estrategias:
- Eficiencia energética
- Agua y saneamiento
- Confort térmico
- Circularidad
- Manejo de residuos
Los resultados de la convocatoria fueron seis propuestas evaluadas por un jurado externo que seleccionó la propuesta de la firma Rama Estudio, que intervendría el pasaje Eduardo de Mena, en Guápulo. La propuesta, además de cumplir con todos los requisitos y de plantear estrategias sostenibles a escala urbana, incluía un componente de diseño participativo con la comunidad.
El barrio de Guápulo y sus residentes tienen una historia de cohesión social y un fuerte sentido de pertenencia. En los cinco criterios del proyecto se llevaron procesos junto a la comunidad. En materia de eficiencia energética, agua y saneamiento y confort térmico, se trabajó con talleres de capacitación que permiten visibilizar los beneficios de estas estrategias; en materia de circularidad y manejo de residuos, la comunidad priorizó los talleres y estrategias seleccionados y aquí nació la idea de pintar la cancha para generar espacios multiuso, incluido un espacio de sombra en la plaza (pérgola) y la disposición de carritos multiuso para ferias y emprendimientos.
La selección de las estrategias permitió a los usuarios apropiarse del espacio para garantizar un buen uso del mismo y su sostenibilidad en el tiempo.
La adjudicación del proyecto fue en septiembre de 2022 y se ejecutó en febrero de 2023. Un año después de su finalización, se llevará a cabo un estudio para evaluar el ahorro de emisiones gracias a esta intervención. Actualmente, se trabaja en la propuesta de una segunda etapa, que se detalla en las siguientes etapas del proyecto.
Carolina Rodam, Rama EstudioLo interesantes del proyecto es que trae propuestas sostenibles a todo tipo de barrios a través de proceso comunitarios que la gente sale y trabaja en minga, son procesos que permiten que el proyecto se sostenga en el tiempo.
Los trabajos ejecutados, que incluyen obras físicas y fortalecimiento de capacidades de la comunidad, tuvieron un costo de aproximadamente USD 90 000. A continuación, se detallan los trabajos:
Eficiencia energética
Se revisó la infraestructura eléctrica para identificar fugas de energía y desuso de cables. Como resultado, se realizó el mantenimiento del cableado público y, en ciertos casos, se soterró.
Esta intervención optimizó el consumo energético y contribuyó a mejorar la imagen urbana del barrio, además de contribuir a la reducción de posibles emisiones de GEI en estas edificaciones y las pérdidas no técnicas que, en el país, correspondieron al 6.3 % de la energía eléctrica de la red nacional (PDF) en 2021.
Se instalaron paneles de energía solar fotovoltaica en cubiertas ubicadas en áreas públicas como la cancha y la plaza (cuatro unidades). En conjunto, los paneles producen 3.65 kWh y tienen el potencial de producir 2160 kWh anualmente, lo que evita 548 kg de emisiones de CO2 al año. Un ahorro promedio de USD 184.6 anuales en 25 años.
Finalmente, para optimizar el consumo energético, se instalaron ocho lámparas LED solares para iluminar el pasaje y el espacio público del barrio. Los estudios muestran (PDF) que la sustitución de una luminaria de halogenuros metálicos de 400 W por otra de LED de 200 W supone un ahorro energético aproximado de 208 W, que equivale a la reducción de las emisiones en 85.28 g de CO2 por cada hora de funcionamiento. Otro aspecto importante es la no emisión de residuos tóxicos peligrosos (RTP), como el mercurio. La estrategia energética de PACQ plantea readaptaciones de eficiencia para la iluminación residencial, con 100 % de la iluminación (PDF) actualizada a luminaria LED para 2050.
Agua y saneamiento
Se implementó un sistema de recolección de aguas lluvias provenientes de cada vivienda que tiene cubierta verde para el riego de una maceta instalada a lo largo del pasaje. Un estudio técnico (en Inglés) muestra que por cada 1000 m3 del agua corriente bombeada a un edificio se generan en promedio 0.344 kg de CO2e, en comparación con los sistemas de recolección de agua de lluvia, que generan 0.059 kg de CO2e.
Adicionalmente, se utilizó un sistema de tratamiento de agua que, con pequeños estanques de infiltración biológica, permite utilizar el agua tratada para las baterías sanitarias comunales en la cancha de voleibol.
Confort térmico
Se implementaron 200 m2 de cubiertas verdes, que ayudan a mitigar el efecto isla de calor, como estrategia de reducción de emisiones de carbono. Una cubierta de asfalto puede alcanzar los 70 °C en un día de verano, mientras que una superficie con acabado vegetal no suele superar los 26 °C.
Además, aumenta la absorción de las aguas lluvia, ya que solo el 30 % de la lluvia caída desagua y el 70 % queda retenida en el techo verde o se evapora. El consumo energético y la emisión de CO2 anual puede reducirse en hasta 53 %, y al cabo de 20 años generarían una rentabilidad máxima del 4.42 % anual.
Circularidad
Huerta comunitaria: con el fin de fortalecer las relaciones sociales del barrio, se ejecutó un huerto urbano comunal, de 100 m2, al final del pasaje. Considerando que el terreno prestado por uno de los habitantes cuenta con una inclinación pronunciada, se trabajó con terrazas en la parte de abajo para sembrar diferentes tipos de verduras, y en la parte superior se plantaron árboles frutales.
Manejo de residuos: en Quito, el promedio de 1877 t (en Inglés) de residuos producidos anualmente representa el 13 % de la huella de carbono de la ciudad, y 60 % de los residuos son orgánicos. El proyecto contribuye a la disminución del metano (CH4) (PDF) emitido en el vertedero mediante la colocación de dos composteras de 360 grados para el tratamiento de los desperdicios orgánicos de la comunidad.
Después de varios talleres de socialización, se entregó un tacho para la basura orgánica a cada familia, de modo que puedan utilizar las composteras del huerto. Para otros residuos, se desarrollaron otros procesos de capacitación y al inicio del pasaje se colocaron tachos de basura diferenciados que son recolectados por diferentes agentes de reciclaje de la ciudad.
Espacio público
Con respecto a la economía del barrio, se entregaron cuatro carros móviles para ferias y emprendimientos. Estos carros de exhibición son de 1.20 m x 0.60 m y tienen un diseño flexible que se acopla para la venta de múltiples productos. Todas las semanas se utilizan los carros en diversas ferias.
Para fortalecer la interacción social del barrio, se llevó a cabo un taller participativo con la comunidad para diseñar el tratamiento del piso de la cancha de voleibol, con el fin de generar espacios multiuso y juegos infantiles para los niños, lo que se logró con pintura de alto tráfico.
Frente a la cancha de voleibol, en la plaza de ingreso al pasaje, se construyó una pérgola con metal reciclado, cubiertas verdes y paneles solares para la iluminación. Esta pérgola alberga diferentes usos; entre ellos, una feria de frutas y verduras todos los viernes.
Dos organizaciones del CEES apoyaron el proyecto, Semaica, especialistas en ingeniería y construcción, y Holcim, especialistas en cemento y áridos (piedra triturada, grava y arena). Junto a la comunidad, se realizó una minga (trabajo colectivo de una obra socialmente recíproca) para pintar las fachadas del pasaje y mejorar su imagen. Para pigmentar la pintura se utilizó tierra, lo que hizo que el pasaje luciera en armonía con el entorno natural. Para colaborar con el proyecto, artistas nacionales e internacionales pintan murales para el pasaje.
Jhoana García, directora ejecutiva del CEES'El CEES deja Huella’ fue un proyecto importante del CEES en el que queríamos demostrar que la sostenibilidad puede ser aplicada a los barrios, a escala urbana, no solo a nuevas grandes edificaciones.
Las intervenciones ya beneficiaron directamente a 120 habitantes, la mayoría involucrados en el proceso. Trabajar con una comunidad activa y unida como es el Pasaje Eduardo de Mena es fundamental para este tipo de intervenciones. Además de sus valiosas contribuciones, desarrollan y fortalecen el empoderamiento en el cuidado y mantenimiento del espacio.
El proyecto finalizó en febrero de 2023 y en coordinación con Rama Estudio y la comunidad se planificó una segunda fase para ampliar las estrategias a mayor escala.
Resultados
Eficiencia energética
Paneles solares – 4 unidades (450 KW x 2 paneles)
Luminaria LED solar – 8 unidades
Mantenimiento del cableado – Revisión de 4 cajas y cambio de cables en la calle
Agua y saneamiento
Instalación filtro biológico – Ejecutado
Captación de agua lluvias – Tanque de 500 litros
Confort térmico
Cubiertas verdes – 200 m2 de techo
Circularidad
Huerta comunitaria –100 m2
Residuos – 2 composteras y 360 tachos diferenciados
Maceta corrida – 400 m lineales
Carros multiusos para ferias – 4 unidades
Intervención del espacio público
Revalorización de la cancha –180 m2
Pérgola multiuso – 32 m2
Arte urbano – 2 murales
Intervención en fachadas – 1600 m2
Siguientes pasos
Concluida la ejecución de las obras en el territorio, pudimos evidenciar los beneficios de estas estrategias para la comunidad, así como identificar otras problemáticas que tiene el barrio y que requieren estrategias de mayor escala, con énfasis en el agua y saneamiento y en las áreas verdes.
Tales problemáticas fueron expresadas por sus habitantes en conversaciones sostenidas en las mingas, en los talleres de capacitación y en los procesos de diseño comunitario. Por eso, esta se considera la primera etapa del proyecto y se proyecta la realización de talleres para identificar las prioridades de una siguiente etapa, en conjunto con la oficina de diseño Rama Estudio y la comunidad.
El CEES y sus miembros presentarán estas iniciativas para que sean apadrinadas por los diferentes socios, y que en la segunda etapa se centrarán en la contención de aguas, dada la topografía del lugar, y la conexión del pasaje con el sendero ecológico, ya que esto puede fomentar el turismo en el sector. Mientras se concreta la segunda etapa del proyecto para el CEES, es fundamental que se realice la evaluación de los resultados y que se identifiquen los indicadores de ahorro energético del proyecto, que esperamos poder mostrar el siguiente año.
El CEES deja una Huella es un proyecto piloto visitado por estudiantes y visibilizado como ejemplo de aplicación de estrategias de sostenibilidad en el entorno urbano, y esperamos replicar estas iniciativas en otros barrios de la ciudad.
Lectura complementaria
- Huella Neutra, Laboratorios Urbanos CEES
- 30 familias de Guápulo se benefician de proyectos sostenibles bajo el programa “CEES deja una huella”, Elements (2023)
- Un barrio quiteño impulsará una ciudad más verde y sostenible, Quito Informa (2022)
- Tactical urbanism is also a matter of values, not just asphalt and paint, Metropolis (2021) (en Inglés)
Autoras
Jhoana García Martínez
Dirección Ejecutiva, Consejo Ecuatoriano de Edificación Sustentable (CEES)
Máster en Dirección de Proyectos - Ingeniera Ambiental en Prevención y Remediación
Soledad Viteri Holguín
Coordinadora de Proyectos en Consejo Ecuatoriano de Edificación Sustentable (CEES)
Arquitecta, Universidad de las Américas de Ecuador
Máster en Cooperación Internacional en Arquitectura de Emergencia Sostenible, Universidad Internacional de Cataluña.
Ciudades pioneras forma parte del proyecto Coaliciones Urbanas Transformadoras (TUC), financiado por el Ministerio Federal de Economía y Acción por el Clima de Alemania